Joana Raspall

Estimo les lletres
que formen els mots,
els llavis que els diuen,
i el cor que els entén…
perquè als mots hi ha
l’anima

de tota la gent

Detente un punto, pensamiento inquieto

Detente un punto, pensamiento inquieto;
la victoria te espera,
el amor y la gloria te sonríen
[...]
Rosalía de Castro

lunes, 29 de septiembre de 2008

hoy hablo de mí, si las letras se ponen de mi parte.....

No soy de muchas palabras, aunque a veces no calle. Me gusta mirar, y sé que tardaré más, que verlo todo.
Odio que no me suelten el brazo si digo que tengo prisa, si ya he dicho adios tres veces y no me he parado es por algo, pero, espera que te diga, y ya acabas diciendo¡ es que no me interesa!, que poco sociable es esa chica... con lo maja que es su hermana. Es que la vida es corta para perder el tiempo, y el mio lo pierdo cómo yo prefiera. y antes que una charla sin sentido prefiero pintarme otra vez las uñas. o volver a leer ese poema.
Sí, soy de tabernas, pero siempre las mismas. Y de la playa me pierde el chiringuito y la arena.
Me quedo con la música y el iris de algunos ojos que no pierdo de vista, y si me regalan un buen libro ya me hacen reina. O algun dibujo, si tú lo pintas.
si es que la vida es un pasar, y yo soy más de lectura desde pequeñita. Y me gusta escribir, que antes mando una carta por correo ordinario con su sello, que un mail, o la llamada de teléfono que nunca recuerdo el número.
amistades?, muy contaditas. Y sólo aquellos que digan mi nombre en la forma sencilla. Ya sé que en mi entierro si Dios me concede que llueva ese día, va a sobrar sitio para abrir paraguas. Me gustan ciertas compañias, pero no dejo mucho que me acompañen y mejor sola que mal acompañada. Soy dejada hasta para mirar al que no me apetece ver, y si lo veo de lejos, cambio el rumbo. Sólo voy de simpática cuando estoy de cara al público, que procuro sean pocas veces. Y como soy como los gatos, cuídame de mis amigos, que de mis enemigos ya me cuidaré yo misma, y los quiero cerca, por si acaso.
Entre mis virtudes cuento mis pocas mentiras, y la verdad es mi más grande defecto. Cumpliré lo que prometa, eso lo juro!, siempre que tú también cumplas.
Procuro, ser educada, en la medida en que me dejen. Y adoro a la gente con educación!, Pero si no hay más remedio cuelgo o me voy, y cada uno en su casa y Dios en la de todos. Que bonito que te respondan cuando dices buenos días, y que bonito aquel que responde a tu carta.
Y dicho esto, me quedo como soy, que a grandes rasgos yo creo que ya vale, y la letra pequeña se la leen muy pocos.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Antes era así........

Hace una semana que los nenes van al cole, y ya estamos con las reuniones con las srtas. Que coñazo!. Y hay que ir, sí o sí. Y yo, que me canso con las reuniones ,que todas me parecen como las de la comunidad de vecinos , no vivo pensando excusas para dar .......tenemos mucho trabajo, más adelante, estoy enferma........y total es para quejarse de que el niño no estudia y decirme que lo llevemos a refuerzo escolar, o a cualquier sitio de los que van los nenes hoy día, logopeda, pedagogo, psicólogo, psicopedagogo.............lo normal vamos. Sitios que por dos clases de 45 minutos a la semana cuesta 300 eurazos al mes.
En mis tiempos estábamos todo el día en la calle. Pero no yo. Tooooooooooodos los niños de mi barrio con todos sus hermanos. Creo que no teníamos ni deberes, o yo no me acuerdo. si no estabas atento en la clase, o el profe te pillaba manía, te daba una ostia directamente, llamándote de Ud. y por tu apellido, y se quedaba más ancho que largo. Y con la mano abierta. Luego llamaba a tu casa para explicar su versión de lo que había pasado con el alumno/a. Mi madre, o padre que es igual, le daba la razón. Encima le decía que si tenía que castigarnos o darnos algún azote, que no sé cortara. Y para acabar, tal cómo colgaba el teléfono, me llevaba también la ostia de mi padre. Y eso era lo normal.
Pero logopedas, pedagogos, y demás gogós.........de eso no había. Todo lo más, las clases particulares en agosto con la Srta. Pauli, si llamaban mucho a tu casa, pa joderte también el verano.
Y estábamos tan ricamente en la calle cuando salíamos del cole. Y jugábamos subiéndonos a las porterías del campo de futbol, y no se caía nadie. Y tocábamos hierros oxidados, y llevabamos las manos sucias prácticamente todo el día. Nos tiraban la merienda por el balcón, y la compartíamos a mordiscos según nos gustara la nocilla o la mortadela. Bonis y phoskitos no tenía nadie.
Cómo me acuerdo de Íñigo........tan escrupuloso, y su madre siempre trabajando que ni merienda tenía. Tenía un hermano mayor, que se supone que le cuidaba, pero la verdad es que pasaba de él 20 pueblos. Eso también era lo normal.

viernes, 19 de septiembre de 2008

I.N.E.M., o.t.g., o sea "el paro" , y el hijo de la Sra. Julia

Me vienen a la cabeza recuerdos del I.N.E.M de hace algunos años. Cuando yo era algo más jovencita (que me encantaría volver a tener 22, y estar tan guapa, tan delgada y tan chic como entonces). Vivía en mi barrio de toda la vida. Y para ir a la santísima oficina donde van los desempleados (digo santísima por que decir lo que quisiera no es propio de señoras), "al paro vamos", bajábamos al pueblo. El pueblo es popularmente conocido por los de allí como Orereta, que es como se llamaba antes. Antes aún Oarso. Más antes aún Villanueva de Oarso. Más antes no sé. Cúal es el pueblo?, es igual, carece de importancia, vamos a lo que vamos.
En el paro estaban unas 5 personas "trabajando". Nos poníamos a la cola, preguntábamos el último?, y esperábamos nuestro turno con absoluta resignación. No había otra, vamos igual que hoy día. También entonces, igual que ahora más valía ir de humilde y parecer más bien tonto. Y ellos "trabajaban" con la misma eficiencia y simpatía que hoy día lo hacen. Allí, y en cualquier sitio. Sí, ya sabeis, dos almorzando, dos mirando la pantalla del ordendor concentradísimos, y uno sacándose a la gente de encima diciendo : te falta la fotocopia del pie derecho, ven mañana. Es lo normal, si no nos faltara algo siempre, de 5 empleados sobrarían 4. Y simpatía, todos sabemos que derrochaaaaaaaaaaaaaan simpatía. Son mismamente la lechuga del huerto feliz. Pobres, les pagarán poco. Como a todos, dicho sea de paso.
Pero de cuando yo hablo, trabajaba en esa oficina-que era la única que había- uno de los hijos de una vecina de mi barrio. El hijo de la Sra. Julia. Bien, la cosa está, en que los del barrio que estábamos en la cola, cuando nos tocaba el turno, si no nos tocaba la mesa de este Sr. automáticamente dejábamos pasar al siguiente de la cola. Y así hasta que nos tocaba su mesa. Pero no es que en mi barrio fueramos tontos o nos diera igual. En mi barrio nos conocíamos todos. Y así, era la única manera de hacer todo el mismo día y no volver al siguiente. Por que este Sr. te daba los buenos días, te preguntaba qué tal estás llamádote por tu nombre. Y encima, te regalaba una sonrisa y te trataba con educación. Por supuesto, obvia decir que te cogía los papeles que llevaras, y no te faltaba nada de nada. En 10 minutos tenías el "paro arreglado", y encima te daba algun consejillo, todos buenos.
No digo su nombre, no vayan a reconocerlo. Pero personas que trabajen así, en sitios como estos yo creo que no quedan.
Casi tod@s sabeis que digo la pura verdad..........quien no lo sabe, es un priviligiado que nunca ha ido al paro. O....acaso trabaja en alguna O.T.G.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Quejarse cojones!!

A mí lo que me gusta de los americanos, es ese poner un juicio por cualquier cosa y ese hasta dormir con la bandera. Reivindican sus derechos que es un gusto, lástima que otras cosas no me gusten tanto. Pero lo que es, es.
En España, somos de otra manera......que me mira raro el pavo aquel con gafas, que ya lleva tres minutos y medio mirándome, a que todavía le meto...
Pero luego no somos nadie. Vamos al I.N.E.M (Ir No En casa Mejor), y nos dan por todos lados, con el carnet en la boca lo primero, y los empleadillos que te miran que parece que les vas a robar. a hablarte ni se dignan, lo más que te dicen es te falta la fotocopia del carnet, vente mañana. Mañana volverás y te faltará el termo de café. O lo que se les ocurra. Si alguien conoce a alguien medianamente simpático de lo que es el paro de toda la vida, que no me lo presente. Paso de ellos. En el dentista, pagando, una hora de espera, y no se queja nadie. Ir al médico, de la S.S. tercermundista total, y ya te puedes llevar la fiambrera para comer, que allí pasas el día. y no se queja nadie!. Nos va el rollo masoca.
He estado este puente en un camping en Tarragona. No voy a decir el nombre hasta que consulte con un abogado de oficio por si acaso. Con mi marido que es de los que les va el rollo masoca, y no se queja de nada, y con mis churumbeles. Sólo diré que es de 1ª categoría, y está al lado de las vías y el tren que se oye que es un gusto. Nos hemos gastado en tres días, la comida de dos semanas. No es barato. Pero teníais que ver la mierda de bungalow que nos dieron. Sólo el lavabo, peor que el de la casa del pueblo de mi abuelo. Casi todo estaba roto o deteriorado. El calentador, que mi marido se quemó la mano encendiéndolo, es mismamente de museo. Y mierda?, cómo estaba de sucio!. La tarde entera limpiando el cuchitril ese que cobran a precio de oro. Como en mi casa estaba vamos. Ya me puse una batita directamente.
Y que gente más poco amable, había un ciudadano (señor no se le puede llamar, eso hay que ganárselo) vigilando el jacuzzi, que echó al niño 2 veces por que le salío de los cojones. Imposible que le saliera de otro sitio. Iba con silbato, y los árbitros a su lado son niños de colegio. Que nos tenía con el silbato, que cualquier día se lo meten por donde amargan los pepinos.
En recepción, contento estará el dueño/a que sus trabajadores talmente parecen funcionarios. Había 8 ó 10 personas, y sólo uno trabajando. Los demás perdían el tiempo bien, bien. Ese mirar el ordenador, y apartar la vista cuando vas a preguntar, o levantarse de la silla e irse cuando te acercas. Para eso hay que valer!. Y dos de ellos que fuí a quejarme del del silbato (dos eh!), y me dan directamente sin mirarme la hojita de sugerencias!.
Les he pedido el libro de reclamaciones, que no sabían ni lo que era. Después de insistir mucho me han sellado la hoja. Y de manera muy paciente, como a una niña de 2 años, me han explicado que no saben cómo va lo de las reclamaciones por que NUNCA SE HA QUEJADO NADIE.
Quejarse cojones, que nos traten como a personas. Que gratis no hay nada.