Joana Raspall

Estimo les lletres
que formen els mots,
els llavis que els diuen,
i el cor que els entén…
perquè als mots hi ha
l’anima

de tota la gent

Detente un punto, pensamiento inquieto

Detente un punto, pensamiento inquieto;
la victoria te espera,
el amor y la gloria te sonríen
[...]
Rosalía de Castro

martes, 28 de abril de 2009

empeZé por las espinas......

Cualquier día, si yo publicara algo, juro que te lo dedico. Y entre mis doscientos defectos (contados a ojo), está el de cumplir mis promesas. Eso sí, no esperes que aparezca mi nombre. Como la alianza que guardé, y no la he llevado en mi vida. Así es, "perdona tengo cosas que hacer, que aun me queda media vida pa´ encontrar la melodía...Yo me invento cien veces al día". Y como dice el que lleva el nombre de un famoso jugador de fútbol: No me aguanto yo mismo. , " qué te voy a decir, si yo acabo de llegar...", "nunca lo escribí en un papel, y nunca lo ha cantado mi voz...", y si me salieran alas, seguramente pensaría que me he vuelto pez, y me inventaría de nuevo. Porque para fantásticos, nó los cuentos, nó las novelas, ni todas las religiones juntas, "y yo que siempre voy detrás del error",

para fantástica la vida!.

Pero eso, no quiere decir que las fantasías sean siempre buenas.

Ya hablé de mí en una entrada, pero creo que no la leiste. Bueno, en realidad, leer no es tan fácil. ¡ Y me acompañaron bastante bien las letras!.

Te recuerdo un trozo : y el iris de algunos ojos que no pierdo de vista.

No escribí lo que me callaba, hazte una idea.



¿La canción?, acabo de llegar, Fito y Fitipaldis





"...para hacerme pez, empecé por las espinas",
pd. es de muy mala educación no contestar a quíen te habla, o a quíen te escribe. Aquí, lo mío no es mala educación, es falta de palabras..."perdonen la tristeza..."

jueves, 23 de abril de 2009

otra frase que no es mia

y ésta tampoco es mía:
"llámame antisocial si quieres, pero pasa de mi"
Que gran frase!,
completamente de acuerdo.

martes, 21 de abril de 2009

ojos de gata, esa no es de sabina

"Pero como explicar que me vuelvo vulgar, al bajarme de cada escenario...."
Y voy a empezar con palabras de mi hermano que son eso que yo llamo de frases célebres. No sé cómo le salen tan fácil a alguna gente. "las cosas tienen la importancia que uno les quiera dar", dijiste hace años. a mí, ni pensándolo un año me sale esa frase. Cuando la dijiste, ¿sabes que pensé?. De todo lo que yo he llegado a escribir en mi vida, ni viviendo siete veces hubiera escrito eso.
Pero iba a hablar de "ojos de gata". Esa no es de sabina. Y mi rosete, aunque la mano en la biblia no la pongo, yo diría que no ha escuchado nunca la versión de los secretos. Esa es la versión auténtica, te lo he dicho mil veces peixet. Sabina la desmaquilló, por decirlo de alguna manera.
Y tú, sabiendo que de sabina nos las sabemos todas. Y debía nombrarnos "socias de honor" si tiene club de fans, que tendrá supongo. Y te sigo diciendo que me gusta más la de los secretos. Que nos costó dios y ayuda ir al concierto de "can jofresa" llevando yo el coche. Ella yo creo que pensaba que llegábamos a marte antes que allí. Yo pensaba lo mismo la verdad. Si no es por Alvarito ni de coña llegamos. Increible que arrancara el coche para volver. No te molestes en preguntarme quien es ella. Con palabras que tampoco son mías, "disculpen la tristeza". Ahora mismo no puedo contestar a nada.
La misma canción a veces tiene diferentes versiones. Las cosas se cuentan de formas diferentes.
Cada caligrafía es diferente.
Cuando tú dices que no conduzco bien por nerviosa, yo te digo que soy un puto desastre conduciendo. Y tú lo escribirás como quieras.
Esa canción no está entre mis preferidas. Pero el punto se lo doy a los secretos, y a la garganta del Sr. Urquijo.
Tú a quíen le das el punto?
Pero si prefieres, te canto "mentiras piadosas".............


"Fué en un pueblo con mar una noche después de un concierto,
tú reinabas detrás de la barra del único bar que vimos abierto.
Cántame una canción al oído te sirvo y no pagas.
Sólo canto si tú me demuestras que es verde la luz de tus ojos de gata.
Loco por que me diera la llave de su dormitorio,
esa noche canté al piano del amanecer todo mi repertorio.
Con el "Quiero beber" el alcohol me acunó entre sus mantas
y soñé con sus ojos de gata, pero no recordé, que de mí algo esperaba.
Desperté con resaca y busqué pero allí ya no estaba.
Me dijeron que se mosqueó porque me emborraché y la usé como almohada.
Comentó por ahí que yo era un chaval ordinario,
pero cómo explicar que me vuelvo vulgar, al bajarme de cada escenario.
Pero cómo explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario."

Los secretos

lunes, 20 de abril de 2009

El siete y medio de la esmeralda

Llevo días pensando en la esmeralda. La muerte de mi padre me ha devuelto cuatro besos, y me ha recordado que no me olvide de ella. Los cuatro besos, dos de cada uno, los echaba muchísimo de menos. Le faltaban a mi cara y a mi orgullo. Uno que vino a darme los dos, fué de los dos más queridos. Su puñal lo he llevado tres años. Pero no se deja de querer cuando se ha querido. Tus dos besos en el entierro fueron dos manos. Fueron seis rosas. Y sé que hay dos que trajiste a rastras. El Otro que vino a darme los otros dos tiene en la fachada una bandera que escupo. Y sé que no puede quitarla. Nunca preguntes, no vayas a tener que escuchar la respuesta. Me trajo dos besos sentidos, dos rosas, dos claveles con desgana y un beso con dos iris, de pura inocencia, que tiene el pelo igual que el mío. La esmeralda luce mal si pierde la talla. Su talla es la talla en escalera, conocida como talla esmeralda. Lo demás es hacer por hacer. Como pecar tallando un diamante en otra talla que no sea la brillante. Fíjate si es frágil, que muchos dedos no se atreven a engarzarla. Es el ojito derecho de talladores sibaritas. La maldición de ojos izquierdos miopes. Y entre gemólogos que les tiemblan lupa y pinzas al tenerla ante la vista, y no se atreven a mirarla sin rozarla por miedo a que se caiga, se olvidan de impurezas y jardines perdidos en su verde. Y pasan de debates de preciosismos con la esmeralda argentina. pensando sólo en cromo y vanadio. Si su verde más oscuro que recuerda al junco, tiene o no mejor juego de brillos. Se olvidan porque saben, que una esmeralda es siempre una esmeralda. Y tienen todas el mismo número en la escala de dureza. Y en esto no hay más mosh que mosh. Las minas de cleopatra, llenas de esmeraldas. Y cada una es única. Aunque no estoy de acuerdo con el sr. mosh en el siete y medio. Procuraré no olvidar la esmeralda.

viernes, 17 de abril de 2009

"...y tal día hace un año"

A Eva,

"las cosas pasan...y tal día hace un año". Esas fueron tus palabras. Pero no recuerdo de que hablábamos. Hoy, hace un año que murió Eva. Mi amiga Eva. No es un nombre cualquiera, ni una persona cualquiera. es eva en mayúsculas. Ni siquiera recuerdo si llovió ese día. Y debería acordarme, por que llueve tan poco en Barcelona!. Cómo le molestaba la lluvia!, "asco de tiempo, paraguas, ni al parque, en casa metidos". Y de verdad se le ponía cara de frío. Tiene que llover eva, le decía yo. La lluvia es buena. Si no hay agua, no hay nada. Y aquí, es justo reconocer, que casi son palabras de una entrada de un blog escondido. Un blog transparente. pero que tiene de transparente como la olivina incrustada en las piedras volcánicas que hay por lanzarote. Tirando, a invisible oscuro. De oscuro como esa piedra que es es tono gris oscurísimo, no me atrevo a decir si el color es negro. aunque la mires cien veces. Y la olivina, incrustada en la piedra, como salpicándola, la ves de un vistazo. Pero su verde, disimulado entre borrones de marrón tierra, y grises oscuros de lava de volcán, pasa sin gloria al vistazo del ojo que puede ver. Su brillo,sus tonos, sólo se encuentran mirando. La olivina, de color verde suave, que sin buscarla la encuentras por lanzarote, está tan pegada a la piedra y tan reñida con la lava volcánica, que es tan transparente como ese blog invisible oscuro.
Tu cara de niña traviesa, iba escondida como una olivina. Y era exclusiva de ojos que miran, incluidos los que no pueden ver. Siempre pensé que a aquellos pendientes que llevabas en plata, le faltaban la gracia de la olivina. Sólo los salvaba, que fueras tú quien los llevara.
Nunca podré hacer tú canción eva. A lo más que llego es a esto. y a rezarle a la virgen por mi atea más querida.
Hoy es tal día.

"morí por la belleza, y había apenas bajado a la tumba
cuando otro, caído por lo verdadero, fué puesto en el sepulcro contiguo.
- por qué moriste?, me preguntó en voz baja.
- morí, le dije, por lo bello.
- yo por la verdad, es pues lo mismo.
y así, de tumba a tumba como dos parientes que se encuentran en la noche, así hablamos. Hasta que la yerba, hubo juntado nombres y bocas".

Emily Dickinson

jueves, 16 de abril de 2009

jardinera, el cuento

No sé en que andaría. no sé. Pero me acuerdo el día en que perdí mi sombra. me acuerdo de aquellos días. Para que luego vengan con la puta canción de veinte años no son nada. Debía hacer unos diez que no escribía una línea. Y era de las que mandaba las cartas de cuatro folios. empezaba a escribir, y se me iba de una cosa a otra.
no recuerdo bien algunas cosas. Otras, no se las quita uno de la cabeza.
Creo que necesité diez años para volver a escribir.
Y de aquellos diecisiete que quedaron colgados de hospital en hospital, nunca supe cúando perdiste tú la tuya. cuándo empezó a rodar todo. Nunca en los diecisiete supe cuando me escuchabas, o cuando andabas perdido en tus canciones.
Y siempre he sabido, que si a alguien me parecía, era a tí. Fuiste tú quien me enseñó a jugar al mus. Y se me olvidó andar en bicicleta. pero increible como nos aprendimos los rios, los cabos, las preposiciones, los hijos de jacob!, aquello de Rubén, Simeon, Dani, Stali, Gad, aser, isacar... recuerdo cuando íbamos al caserío de Patxi, y tú seguías siendo tú. me encantaba ese río, y ese monte. También recuerdo la hostia que me diste cuando me reí en aquel velatorio de tu amigo. yo era pequeña, no entendía porque había tntísima gente.  Fue la única vez que te vi llorar. "hay momentos en que no se rie uno", me dijiste. hay que estar formal cuando hay que estar formal!. pero la hostia me quedé con ella. lo entendí muchos años después.
siempre quise "estar formal". no siempre lo consigo.
Y de todas las canciones, se nos va a quedar la de jardinera........
y ahora es como la segunda parte, de aquel veinte años no es nada....aunque el tema no sea el mismo, ni el cuento venga a cuento.

Jardinera:

"Jardinera tú que entraste en el jardín del amor

de las plantas que regaste dime cual es la mejor.

La mejor es una rosa que se viste de color

del color que se le antoja, y verde tiene la hoja.

Tres hojitas tiene verdes y las demas encarnadas

por eso vengo a decirte ay! María de mi alma.

Muchas gracias jardinera por la atención que has tenido

de tantas que aquí estamos, a mi sola has escogido.

Eso no hay que agradecerlo ni cumplir la obligación

eso son de las amigas que sale del corazón.

Primero me das una mano y después me das la otra

y después me das un beso de tu boca linda hermosa"

miércoles, 15 de abril de 2009

liando la troca, hasta en el entierro

Lo de liar la troca, tú martiki lo entiendes. que por algo son palabras tuyas, y por algo dices siempre que yo no me entero, y que se me va la onda hasta sin fumar. Y razón llevas. pero te dije que cambió de color, y ahí fué, dónde se me fué. En ese mismo momento. Y ahora, ya va conmigo también.  Igual que Eva.  Como la paranoia de aquello que te expliqué que cambió de color.
Te juro que era ocre, de esos tonos tipo marrón, como tierra. Y luego, no sé cómo, ya era azul.
ahí se me fué.
Y como de sobra sabes el nombre con el que firmé siempre que te escribía, cualquier día lees esto.
Así pues, ya te voy contando.
y ni se te ocurra hablarme de la rubia de verdad. que te me veo venir. No sé cómo, pero haremos viaje a Málaga.
Y hoy es como si fuera el primer día. Después de diecisiete años.  Dieciseis tenias tú en el estudio de la plaza de la libertad. dime ahora que yo no tengo memoria.
pero yo en mi línea. si pongo un circo me crecen los enanos.
liando la troca pues,
palabras tuyas. con la que ya teníamos liada.