A Eva,
"las cosas pasan...y tal día hace un año". Esas fueron tus palabras. Pero no recuerdo de que hablábamos. Hoy, hace un año que murió Eva. Mi amiga Eva. No es un nombre cualquiera, ni una persona cualquiera. es eva en mayúsculas. Ni siquiera recuerdo si llovió ese día. Y debería acordarme, por que llueve tan poco en Barcelona!. Cómo le molestaba la lluvia!, "asco de tiempo, paraguas, ni al parque, en casa metidos". Y de verdad se le ponía cara de frío. Tiene que llover eva, le decía yo. La lluvia es buena. Si no hay agua, no hay nada. Y aquí, es justo reconocer, que casi son palabras de una entrada de un blog escondido. Un blog transparente. pero que tiene de transparente como la olivina incrustada en las piedras volcánicas que hay por lanzarote. Tirando, a invisible oscuro. De oscuro como esa piedra que es es tono gris oscurísimo, no me atrevo a decir si el color es negro. aunque la mires cien veces. Y la olivina, incrustada en la piedra, como salpicándola, la ves de un vistazo. Pero su verde, disimulado entre borrones de marrón tierra, y grises oscuros de lava de volcán, pasa sin gloria al vistazo del ojo que puede ver. Su brillo,sus tonos, sólo se encuentran mirando. La olivina, de color verde suave, que sin buscarla la encuentras por lanzarote, está tan pegada a la piedra y tan reñida con la lava volcánica, que es tan transparente como ese blog invisible oscuro.
Tu cara de niña traviesa, iba escondida como una olivina. Y era exclusiva de ojos que miran, incluidos los que no pueden ver. Siempre pensé que a aquellos pendientes que llevabas en plata, le faltaban la gracia de la olivina. Sólo los salvaba, que fueras tú quien los llevara.
Nunca podré hacer tú canción eva. A lo más que llego es a esto. y a rezarle a la virgen por mi atea más querida.
Hoy es tal día.
"morí por la belleza, y había apenas bajado a la tumba
cuando otro, caído por lo verdadero, fué puesto en el sepulcro contiguo.
- por qué moriste?, me preguntó en voz baja.
- morí, le dije, por lo bello.
- yo por la verdad, es pues lo mismo.
y así, de tumba a tumba como dos parientes que se encuentran en la noche, así hablamos. Hasta que la yerba, hubo juntado nombres y bocas".
Emily Dickinson
"las cosas pasan...y tal día hace un año". Esas fueron tus palabras. Pero no recuerdo de que hablábamos. Hoy, hace un año que murió Eva. Mi amiga Eva. No es un nombre cualquiera, ni una persona cualquiera. es eva en mayúsculas. Ni siquiera recuerdo si llovió ese día. Y debería acordarme, por que llueve tan poco en Barcelona!. Cómo le molestaba la lluvia!, "asco de tiempo, paraguas, ni al parque, en casa metidos". Y de verdad se le ponía cara de frío. Tiene que llover eva, le decía yo. La lluvia es buena. Si no hay agua, no hay nada. Y aquí, es justo reconocer, que casi son palabras de una entrada de un blog escondido. Un blog transparente. pero que tiene de transparente como la olivina incrustada en las piedras volcánicas que hay por lanzarote. Tirando, a invisible oscuro. De oscuro como esa piedra que es es tono gris oscurísimo, no me atrevo a decir si el color es negro. aunque la mires cien veces. Y la olivina, incrustada en la piedra, como salpicándola, la ves de un vistazo. Pero su verde, disimulado entre borrones de marrón tierra, y grises oscuros de lava de volcán, pasa sin gloria al vistazo del ojo que puede ver. Su brillo,sus tonos, sólo se encuentran mirando. La olivina, de color verde suave, que sin buscarla la encuentras por lanzarote, está tan pegada a la piedra y tan reñida con la lava volcánica, que es tan transparente como ese blog invisible oscuro.
Tu cara de niña traviesa, iba escondida como una olivina. Y era exclusiva de ojos que miran, incluidos los que no pueden ver. Siempre pensé que a aquellos pendientes que llevabas en plata, le faltaban la gracia de la olivina. Sólo los salvaba, que fueras tú quien los llevara.
Nunca podré hacer tú canción eva. A lo más que llego es a esto. y a rezarle a la virgen por mi atea más querida.
Hoy es tal día.
"morí por la belleza, y había apenas bajado a la tumba
cuando otro, caído por lo verdadero, fué puesto en el sepulcro contiguo.
- por qué moriste?, me preguntó en voz baja.
- morí, le dije, por lo bello.
- yo por la verdad, es pues lo mismo.
y así, de tumba a tumba como dos parientes que se encuentran en la noche, así hablamos. Hasta que la yerba, hubo juntado nombres y bocas".
Emily Dickinson
1 comentario:
precioso...no puedo decir más ...precioso
mi
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