Me sobraban dedos
para decirlo por escrito,
pero me hacían falta
para sacar cubos de agua;
los de mi propia casa,
que no está libre de goteras,
ni de pecado.
Y llovió tánto,
que inundó todas las calles,
y me faltaron manos y motivos.
- ¿A quíen salvo primero?
y no lo tuve claro.
No ví a nadie
que estuviera,
libre de pecado,
por más que quisieran
limpiarse las manos.
para decirlo por escrito,
pero me hacían falta
para sacar cubos de agua;
los de mi propia casa,
que no está libre de goteras,
ni de pecado.
Y llovió tánto,
que inundó todas las calles,
y me faltaron manos y motivos.
- ¿A quíen salvo primero?
y no lo tuve claro.
No ví a nadie
que estuviera,
libre de pecado,
por más que quisieran
limpiarse las manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario